De entre todas las aventuras para D&D que he jugado en mi vida, hasta la fecha, hay algunas que recuerdo con especial cariño, módulos memorables que han pasado a formar parte de mi acervo personal, como La Ciudad Perdida o La Fortaleza de la Frontera o Vault of the Drow, inédita en español. De entre todas ellas, y son unas pocas, ninguna como la clásica Tumba de los Horrores. Sin duda hay dos tipos de aventureros en este mundo: aquellos que han muerto en la terrible tumba de Acererak y aquellos que morirán. Su sóla mención nubla la razón del guerrero más fuerte y acongoja al ladrón más habilidoso. La Tumba de los Horrores es la aventura con mayúsculas, un desafío al alcance de muy pocos. Sin dudarlo un instante, es el módulo de torneo más complicado jamás creado, por delante incluso de The Crypt of the Devil Lich (el módulo número 13 de la ya mítica serie de módulos de Goodman Games para D&D 3.5, también un módulo de torneo letal y complicadísimo). Y lo sé bien porque he dirigido muchas veces esta aventura, y conozco cada rincón de la misma, puesto a prueba docenas de veces con grupos diversos de aventureros. Así pues, he podido descubrir cómo arrostran este titánico desafío jugadores de lo más variopinto y las posibilidades de solucionar cada uno de los encuentros de muchas, diversas maneras, incluyendo las más estúpidas o peregrinas.

En fin, que les voy a contar que ya no sepan ustedes, al menos si son fanáticos del dungeon crawl más auténtico y genuino, el clásico juego de exploración, ensayo y error. La misma esencia del juego reside en la propia naturaleza de la Tumba de los Horrores, sin duda alguna. D&D es Tomb of Horrors, con un Gygax pletórico, que da rienda suelta a su inventiva y que alcanza su cénit en esta obra, pues Gygax era el maestro de los módulos de torneo, como éste. La prosa de Gygax es aquí magnífica, con pasajes soberbios, sólo superada por algunos párrafos atesorados en Vault of the Drow, para mí su obra cumbre.

Y llegados a este punto, algunos de ustedes se preguntaran… ¿y a cuento de qué esta disgresión de Steinkel? Pues bueno, sencillo, ¡estamos de enhorabuena, sí!, ¿y eso? Pues fácil, nuestro amigo Dungeon Master acaba de adaptar este clásico a Aventuras en la Marca del Este, con muchos añadidos y modificaciones. Ya me puedo morir tranquilo, amigos… ya hay una Tumba de los Horrores en la Marca. ¡Mil gracias compañero, mil gracias!… y que Acererak vele tu sueño…

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