El otro día pude ver el último trailer de la esperada nueva película de Conan… en 3D, el inolvidable personaje creado por el malhadado genio tejano Robert Ervin Howard. Muchos recordarán la película de Milius protagonizada por Arnold Schwarzenegger, que si ser una mala peli, no era muy howardiana que se diga. De esta nueva poco sabemos, aparte de lo que hemos podido ver en fotos y los dos trailers mostrados hasta la fecha… y que es en 3D, que está de moda hoy día. Ya veremos, por lo que he visto en estos adelantos, un gélido escalofrío ha recorrido mi espalda… y con el antecedente de la peli de Solomon Kane, aún viva, para mi desgracia, en la memoria, uno es más bien pesimista, a pesar de las continuas llamadas de los productores de Paradox a la afición, proclamando a los cuatro vientos su amor por la obra de Howard y cuán respetuosos han sido con la misma. Me da a la nariz que lo único que estos saben de Conan lo han aprendido de la peli de Milius, con lo que eso representa: ¡vamos!, que no tiene nada que ver con el Conan literario tampoco.

Pero bueno, ¿qué vemos en el trailer que tanto miedo me causa? Pues bueno, para empezar, luchas cutres coreografiadas a lo John Woo, ¡explosiones!, carros volando por los aires tipo Bullit en medievil, muchachada maquillada, monstruitos… que no está mal… y la música, qué música, techno rock-rap horripilante. En fin, al menos hemos descubierto que sale Ron Perlman en la peli, que no está mal, aunque no se si su mera presencia salvará el flick. De una forma u otra, esto mío es sólo un pataleo preventivo, por si las mosca, porque a lo mejor luego la película nos sorprende y agrada, quién saben, cosas más extrañas han pasado… aunque yo no apostaría por ello. Y ese Jason Momoa, ¿de dónde ha salido? No me gusta, no me gusta, qué quieren que les diga. Conan es uno de mis referentes literarios fundamentales, junto a Solomon Kane, dentro de la magna obra de Howard, auténtico icono del género. Yo siempre he creído que para alcanzar la esencia de los relatos de Conan hay que intentar mitigar el efectismo del combate y profundizar en la personalidad del adusto cimmerio, en su forma de entender el mundo que lo rodea y cómo se relaciona con él. Es evidente que el bárbaro es un hombre de acción y de pocas palabras, pero no es ni mucho menos un tonto a las tres que se lanza como loco al combate sin reparar en las consecuencias, más bien todo lo contrario, pues en no pocos pasajes de sus docenas de relatos publicados trasluce una aguzada inteligencia práctica. Espero así que esta película no se centre exclusivamente en esta vertiente, primando la violencia operística y coreografiada sobre otras facetas del personaje, entre explosiones y fintas artísticas… y mucha sangre, excesiva, surgiendo a borbotones catetos y desmesurados, dizque Spartacus serie de televisión. Sin palabras.Como ya he dicho… todo se verá, ya queda menos.

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