El hombre posee una pulsión innata que le empuja a conocer el mundo que le rodea. Desde tiempo inmemorial, hemos buscado los límites de nuestro territorio, viajando más allá, intentanto descubrir que se encuentra al otro lado de la colina. Este irrefrenable instinto ha marcado el devenir de nuestra especie, hasta hoy. Muchos grandes hombres, especiales a su manera, carismáticos y arrojados, han destacado en sus respectivas épocas como puntales de la humanidad, grandes exploradores que ignorando el peligro y despreciando la relativa seguridad de sus hogares, del mundo conocido, se han arriesgado a viajar más allá, con un afan de reconocimiento y… por qué no, de riquezas y fama que rivaliza con su propia valentía. Hombres singulares como David Livingston, Cook, Amundsen, Colón, Elcano, Scott, Ernest Shackleton, Marco Polo, Eric Shipton, Leif Eriksson, Lewis y Clark, Coronado, Speke y Grant, Gagarin, John Glenn, Collin, Aldrin y Armstrong, entre otros muchos, muchos, que me dejo en el tintero. Grandes exploradores de lo desconocido, grandes hombres.
Ya dije en su día que uno de los elementos más importantes, a nuestro modo de ver, en un juego de rol, era la capacidad de imaginar mundos que están por descubrir, o bien localizaciones misteriosas en las que poder penetrar para investigar concienzudamente. Evidentemente, también podemos recrear algunos de estos sensacionales eventos históricos, incluyendo incluso elementos de fantasía, o aportando enfoques diferentes, empleando el sistema de un juego de rol. En definitiva, la exploración debe jugar un papel importante en todo buen juego, es decir, el viajar siempre más allá de nuestros límites, de nuestras fronteras físicas y mentales.

LLegados a este punto… ¿cuál es nuestra última frontera? El espacio, las miles de galaxias ahí fuera, y sus millones, billones de estrellas, en un espacio casi infinito. Lo he dicho en alguna otra ocasión: siempre he tenido la ilusión de crear un buen juego de ciencia ficción espacial, con toques transhumanistas clásicos. Un juego definitivo de exploración espacial, ciencia ficción hardcore (hard sci-fi), al estilo de Arthur C. Clark, Larry Niven, Pournelle, el Poul Anderson de Tau Cero, Isaac Asimov, etc. Este juego podría tener algunos elementos de space opera, y también, evidentemente, influencias claras de otros genios del género, como Dick y Heinlein. En fin, como se pueden imaginar, su referente inspirador a nivel de juegos de rol lo encontraríamos en Traveller, Transhuman Space, Eclipse Phase o Ring World.
Bueno, la verdad es que he estado muchos años acariciando esta idea, dándole forma en mi cabeza, y sé cómo hacerlo, y ahora con mucho más conocimiento, después de la experiencia cosechada tras el aprendizaje del proceso de publicación de Aventuras en la Marca del Este. Incluso, tengo ya el nombre definitivo del juego… o casi, aunque no lo desvelaré todavía, pues puede que este proyecto nuestro, se quede en eso… un simple proyecto…

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