La verdad es que escribir la caja azul ha sido bastante complicado. No somos escritores profesionales, ni mucho menos, y desarrollar un mundo de campaña requiere de unas capacidades creativas y literarias considerables. Este trabajo, la verdad, es muy diferente al que realizamos en la caja roja, pues configurar un reglamento es más sencillo que crear de la nada todo un mundo de juego. Si hay algo realmente complicado, sin duda alguna, es poner nombre a las cosas: personajes, ciudades, localizaciones, objetos, accidentes geográficos, dioses y demás. Una auténtica pesadilla, pues según cada nación, debe existir cierta cohesión semántica y filológica. Es un trabajo muy fatigoso, y mucho más para nosotros, que no estamos acostumbrados a estos menesteres, ni poseemos una formación o experiencia en este campo, en modo alguno. Una cosa es jugar en un escenario propio, que se va desplegando en aventuras, pero que está desvalazado en nuestra mente, repartido en mil legajos, libretas y folios. Y otra muy distinta es darle formato, ordenando todo y rellenando los huecos… y además hacerlo con cierto estilo, donaire si cabe, con calidad y cuidado. Para nosotros esto era lo más importante: imprimir nuestro propio sello, nuestra personalidad. Si lo piensan, somos responsables directos de la cajas, los productos que nos comprometimos a realizar una vez cerramos el acuerdo con nuestros amigos de Holocubierta, las cajas en exclusiva. Es decir, lo que aparezca en las cajas es lo que más responsabilidad deposita sobre nuestros hombros, de ahí que el desarrollo de las mismas sea tan importante para nosotros. Si todo va bien, como ya saben, escribiremos cuatro cajas y luego ya veremos. Dejaremos andando esta criatura que hemos creado y volveremos a lo que verdaderamente nos gusta de todo esto: jugar, jugar y jugar. De hecho, muy pronto retomaremos nuestras sesiones de juego, porque nosotros no somos escritores, ni diseñadores de juegos, ni nada parecido… nosotros somos jugadores, un grupo de amigos que se divierten jugando juntos, y llevamos ya muchos años haciéndolo.

Pero bueno, volviendo a lo que decía un poco más arriba, lo importante para nosotros pasa por imprimir nuestro sello en estas cajas, lo que verdaderamente nos gusta. No pretendemos ser originales, no disponemos del talento necesario para descollar en creatividad, originando algo fabulosamente nuevo, innovador y rompedor en el género de la fantasía, ni mucho menos. No está en nuestro ánimo y excede nuestras capacidades, como digo… pero, aunque pudiéramos, no lo haríamos, porque nos gusta lo clásico, lo tradicional, y nuestras fuentes son las que nos han acompañado desde que éramos unos mocosos: Julio Verne, Salgari, Tolkien, Haggard, Poe, Lovecraft, Stevenson, Melville, Vance, Smith, Doyle, Howard y tantos otros. Somos unos carrozas clasicones, y nos gusta lo de siempre. Por ello, y lo vuelvo a repetir, nadie encontrará en esta caja azul nuestra algo rompedor, nuevo… original, ¡no!, lo nuestro es lo de toda la vida: espada y brujería, aventuras y fantasía clásica. En nuestro mundo, los malos son muy malos y los buenos son muy buenos. Hay monstruos de siempre muchos de ellos clásicos de inspiración literaria. En la caja azul hay repúblicas, monarquías, dictaduras y teocracias, orcos, titanes, dragones y gigantes en las estepas. Los países poseen rasgos históricos reconocibles, todas esas cosas que siempre nos han gustado de la historia y que hemos volcado en sus páginas. En este escenario hay parte de lo que somos, y somos lo que somos gracias a lo que hemos leído o hemos visto siendo apenas unos zagales. Así que hallarán personajes inspirados en nuestros libros preferidos, localizaciones de aventura novelescas, referentes cinematográficos y literarios muy evidentes para los más avispados. En fin, como ven, una especie de amalgama de nuestros gustos. Es nuestro sello, que decía. Y por supuesto, gustará a muchos y otros muchos disgustará.

En fin, todo esto que comentaba, a nivel de inspiración, lo hemos recogido en un apéndice, como el famoso Apéndice N de Gygax en la Guía del DM para AD&D, algo parecido aunque un pelín más extenso, pues hemos insertado también un somero listado de películas. Esto, junto al prólogo de Francisco José Campos y un epílogo escrito por un servidor, redondea la caja con los créditos de inicio y la sección de agradecimientos. Ah, y espero sepan disculpar mi insistencia en hablar sobre la caja, pero es mi deber desde esta tribuna en estos días decisivos, por lo menos de aquí hasta que finalmente esté en la calle.

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