Hoy os traigo otra magnífica ilustración de la caja azul, de la mano de Jorge Carrero. La verdad es que la misma es evocadora a más no poder, justo el efecto que pretendíamos plasmar: el misterio de una ruina antiquísima en mitad del desierto. Nuestro mundo de campaña, la caja azul, está repleta de ruinas, ahíta de misterios de otrora, de civilizaciones olvidadas en el devenir de los siglos, ocultas bajo las arenas del tiempo, que asoman aquí y allá, revelando la magnificencia del pasado. Y ya saben… cuánto más abajo esté, más antiguo es…

Ah… y el texto está ya corregido, así que ha comenzado el proceso de maquetación. ¡Vamos a todo trapo! Por cierto, excelente trabajo el de nuestro corrector de estilo, José Joaquín Rodríguez, bueno de verdad, he quedado gratamente sorprendido. Con su concurso, el texto ha ganado en limpieza, claridad y elegancia.

Y qué demonios, aunque me echen una bronca por enseñar demasiado… aquí tienen otra ilustración de la caja azul, el rakasta de Manzanedo (sí rakasta, le hemos simplificado el nombre… pero es el de toda la vida). Estos bichos viven en Nirmala. Aparte de simplificar el nombre (bueno, en el D&D de tablero de Borrás se llamaban con este nombre españolizado), he eliminado lo de las palmas de las manos típico de estas criaturas, porque nunca me gustó esa ocurrencia. En fin, el trabajo de Manzanedo, como siempre, descolla por su fuerza y dinamismo. ¡Es el Jeff Easley español!, ¡el Elmore ibérico!

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