Con dos zagales pequeños, uno se pasa el día viendo a Bob Esponja y Dora la Exploradora, con sus cancioncillas tan pegadizas… como aquella que canta el mapa de Dora cada vez que le reclama su dicharachera exploradora y el mono como-se-llame… el mapa, el mapa… el mapa. En fin, no crean que se me ha ido la pinza, aunque a punto estoy de perder la chaveta, si no la perdí ya hace años y aún no me he percatado. En fin, muchos de vosotros que tenéis hijos pequeños sabéis de qué diántre hablo. En fin, sea como fuere, nada hay más evocador que un mapa. Nosotros somos dinosaurios del rol, que nos dicen, de la vieja escuela, y hacemos los mapas como antes se hacían: a mano, con lápiz y papel. Y así hicimos los bocetos del mapa de la caja azul para nuestro ilustrador, con lápiz, cuartilla cuadriculada y una buena goma de borrar Milan color hueso. Sí, sí, ya sé que hay programas apañados para hacer esto mismo, que si el Campaign Cartographer, que si Dundji… no sé qué y tal… pero no nos manejamos… y nos gusta hacer las cosas a la vieja usanza, ¡qué demonios!.

Pues bueno, dicha la chorrada del día… aquí tienen el mapa, el mapa… el mapa (leer y ver con la cancioncilla de Dora la Exploradora en la cabeza).

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