¡Buenas de nuevo!
Algo de tiempo ha pasado. Y no solo tiempo, sino eventos desagradables.
Con lo que no puedo por menos que retomar desde la última vez que escribí aquí en La Marca…, solo por chinchar. Porque por aquella entrada anterior se me acusó de buenismo, que es un concepto que ha surgido -que curioso, fíjate- con la crisis mundial, y que no es más que una excusa hipócrita de quien quiere seguir pensando únicamente en sí mismo, pero en el fondo sabe que eso esta mal, y realmente no se cree las tésis de la derecha más recalcitrante.
Pero resulta que en La Marca sufren una desgracia, y todos a apoyar, corroborando mis argumentos y, al fin y a la postre, haciendo caso a lo que yo decía. Vamos, dándome la razón; en el fondo las rencillas que se pueden dar en el seno rolero son arrebatos infantiles porque, ya en serio como adultos, somos cuatro amigos con demasiado en común para llevarse mal. Y a poco que nos esforcemos, podemos ser un grupo muy noble. Ole nuestros hu-bueno, voy a dejar ya el tema, que me pongo muy cansino.
Hace ya varias semanas que por aportar mi granito de arena le comenté a Steinkel que iba a hacer mi presencia más frecuente en el blog, por si necesitaba un respiro para dedicarse a sus cosas, porque llevar un blog es muy esclavo, para qué nos vamos a engañar. Como yo he tenido lo mío en las últimas semanas, no he podido ponerme hasta ahora, con lo que tengo que pedirle a Steinkel mil perdones, pero bueno, ya estoy aquí, y la espera habrá merecido la pena.
Empiezo ya, a continuación, a postear entradas con chicha en este nuestro blog, y para los próximos días tengo una batería de anuncios que hacer sobre proyectos en los que me voy a meter, en general porque soy hiperactivo y un poco inconsciente, también.
Lo dicho, ojo al parche, y váyanme por la sombra.
Share This