Ya lo hemos dicho en otras ocasiones: lo importante es jugar. Da igual cómo diántre lo hagas, el juego, el lugar o lo que sea, da igual, lo único que marca la diferencia es el hecho de jugar. 
Hay mucha gente, en blogs, portales, páginas y otras historias, que se ha empeñado en convencernos de cuál es el método o la forma correcta de jugar a rol. Respetamos toda opinión, pero nosotros creemos que no hay una forma definitiva, ortodoxa de jugar, sino tantas como grupos y personas jugadoras hay ahí fuera, todas ellas perfectamente válidas.
 Por ejemplo, ¿cómo me gusta jugar a mí, en particular? Pues bien, yo paso de interpretar al personaje realmente, me importa bien poco, disfruto con la exploración, con la descripción que se nos plantea del mundo que nos rodea, por diferente que sea, creando una vívida imagen mental, imaginativa y enteramente libre. Es lo mejor de todo: construir el mundo que exploramos con nuestra imaginación. No me preocupa en absoluto elaborar un perfil psicológico diverso para mi personaje e interracionar con el mismo, me da exactamente igual. Sólo quiero monstruos a los que patear el trasero, con su tesoro para rapiñar y un mundo enorme y rico que explorar y recrear en mi mente junto a mis compañeros saqueadores aventureros, un mundo misterioso, extraño y peligroso.
Nosotros no creamos trasfondo para nuestros personajes, nunca lo hemos hecho, ni una sola vez, y nos da tres que ochenta. Nuestros personajes se reduce a la hoja de personaje y el alineamiento en ella consignado, punto y pelota. Sí es verdad que en ocasiones introducimos pequeños matices de personalidad en los aventureros, pero tenues la mayor parte de las veces. Lo que valoramos de verdad es la descripción del mundo que pisamos y exploramos, la peligrosidad de sus trampas, lo enrevesado de sus acertijos y lo cabrones que son sus monstruos, así como la riqueza que atesoran, reliquias de otrora y objetos maravillosos.

 ¡Vade retro! La muy loca juega a rol, ¡penitenciagite!

Lo cierto es que siempre hemos tenido esta afición como un simple juego, tan sencillo y normal como el parchís. No tiene tablero propiamente dicho (aunque realmente esto no es así, y terminan por tenerlo en muchas ocasiones), pero es en sí un juego de tablero, sin más misterio. En ocasiones hemos pensado que parte de la mala fama que hemos acarreado de un tiempo a esta parte deviene del extraño halo de misticismo que no poco compañeros han atribuido a este hobby, integrándolo en un gueto al que no se le permitía el acceso al común de los mortales. Jugar a rol no nos hace más inteligentes ni mejores que nadie, un jugador de rol no ha leido más y está más formado que cualquier otra persona, ni mucho menos. Y por supuesto, jugar a rol no te hace un friki (signifique lo que signifique, que no lo sé), eliminemos esta etiqueta que tan alegremente hemos aceptado, para mayor gloria del gueto. Jugar a rol es tan normal como hacerlo al ajedrez o a las damas o a videojuegos, demonios. Hablemos con normalidad, sin misterio ni alharaca. Y recuerden siempre que somos cuatro gatos, cuatro mal contados, no somos visibles y a nadie más que a nosotros (y digo nosotros por los que jugamos a rol) nos importa todo esto. El nicho es diminuto, y es necesario crecer poco a poco, y eso no se consigue desde la singularidad elitista, sino desde la normalización y la desmitificación. No somos frikis, somos jugadores.
Y ahora volviendo al tema que nos ocupaba al principio del post, me gustaría dar unos consejos para jugar a esto (no siendo nadie para hacerlo):
1) Jugar a rol es una actividad social, importa tanto lo que sucede en la partida como fuera de ella. Las charlas, comentarios y chascarrillos off line son tan entretenidos e importantes como lo que acontece en el dungeon. Con ello queremos decir que lo más importante son las personas, no los personajes. Jugamos en equipo, comemos pizza en equipo y bebemos cerveza (o Coca Cola) en equipo.
2) Derivada de la primera regla, podríamos decir que un requisito indispensable para jugar pasa por ser honesto, con amplitud de miras, y nunca actuar con mala intención, siempre expresando con sinceridad cómo nos sentimos, en el juego y fuera de él.
3) Parece una chorrada pero no es tal: jugar es divertido, nunca debería causarnos pesar, nerviosismo o preocupación. Jamás hay que tomarse esto demasiado en serio, es sólo un juego, nada más.
4) No se pasen de listos, no intenten ser la prima donna de la función, esto no gusta a nadie. Si breve y sencillo, dos veces bueno. Recuerden: es sólo un juego. Nada más. Y es divertido. Y es tan normal como cualquier otra cosa.

Que nadie nos juzgue ni arrogue etiquetas (bueno, si alguien se siente cómodo con ellas, pues tampoco hay problemas la verdad). En fin, lo importante es que juguemos y juguemos, y no nos importe nunca lo que piensen los demás. Y ahora me he dado cuenta de que estoy pontificando, pues nada más lejos de mi intención. Nuestras palabras, por supuesto, son sólo eso: palabras, una opinión simplemente y ya saben aquello de que las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno.
Ah, no lo hemos dicho, pero nos marchamos de Google+ porque a alguien se le pasó por la cabeza que denunciar a Google nuestros contenidos era divertido. Y estos pagafantas de Google+ también pensaron que era divertido tomar en serio a un idiota, y entre tirios y troyanos, y como no nos ganamos la vida con esto para aguantar tonterías, pues eso. A lo mejor volvemos, pero no sé, es que a estas alturas de la película nos da un poco igual. Ésta es nuestra casa. Así que aquel que quiera encontrarnos, aquí lo hará.

 Si es que… cuando nos da por pensar.
Share This