El año pasado, en nuestra crónica sobre las LES 2012, contábamos como una canción, Thunderbird de John Hiatt, daba vueltas en mi cabeza durante la semana previa a la cita. No sé muy bien la razón, son esas cosas que pasan sin motivo aparente. Y es curioso, porque en esta ocasión me volvió a ocurrir, con otra canción, sí, pero muy diferente. Toda la semana rondándome el seso, tarareando su letra a todas horas. Y bueno, es poco relevante en verdad, una tontería, pero yo ya lo entiendo como una maniobra de mi subsconsciente para dotar de banda sonora cada uno de mis viajes en solitario camino de las jornadas Ludo Ergo Sum. Sí, como una especie de ritual, cuando el verano, ya angostado, da su paso al otoño, que se presume ventoso y desapacible. Entonces marcho a la LES, y doy por concluido el verano, con toda la carga emocional que ello supone, pues me tengo por persona cabal, y como decía Eddie Cochran en su famosísima canción, there ain’t no cure for the summertime blues.
Este año decidí viajar el viernes en lugar del sábado, para disfrutar más si cabe de estas jornadas. Salí de Lorca al filo de las 11:00 de la mañana, y sobre las cuatro, con parada para comer, estaba ya en el hotel de Alcorcón. Después de recomponerme por unos minutos tras la paliza del coche y asearme un poco, marché al pabellón M4 de Alcorcón, donde vienen celebrándose las LES desde hace ya sus años. 
Según me comentaron después, ya se notó una mayor afluencia de personal el viernes con respecto al año pasado. La verdad es que se veía movimiento, y ganas de la gente por pasar un buen rato… un buen fin de semana. Allí estaban mis amigos de Holocubierta, Ismael y Jose Manuel Palacios (eché de menos a Juan Emilio), junto al stand de Sombra, con un siempre sonriente y amable Juan Carlos Herreros a su frente.
La tarde pasó y a la noche me reuní con Ángela y Pablo, mis buenos y queridos amigos, para cenar y comentar cosas pendientes, interesantes y prometedoras. Es un lujo contar con su amistad, pues son personas de talento, siempre ocupadas en proyectos ilusionantes.

Al día siguiente, sábado, bien temprano me levanté para estirar las piernas por las cercanías del hotel y prepararme para una jornada que se prometía agotadora. A las 10 en punto estaba de vuelta en el pabellón, listo para apuntarme en alguna partida. No fue cosa fácil, especialmente en la que me gustaba, la aventura que Bester había preparado empleando las reglas de los últimos playtesting de D&D Next. Y digo que no fue cosa fácil porque en apenas 10 minutos, y no exagero, todas las mesas de rol se llenaron, sin plazas libres.  Menos mal que, finalmente, y gracias a la amabilidad de Bester, pude hacerme un hueco en su mesa, para, junto a cuatro compañeros bien dispuestos y amables, lanzarnos a explorar la mansión encantada.  En fin, la verdad es que ya tenía ganas de probar en mesa todos estos avances en las reglas que se han liberado de D&D Next. Debo admitir que hay nuevas mecánicas interesantes, con un toque clásico nada desdeñable, aunque otras cosas aún me chocan un poco. Será cuestión de seguir el desarrollo de las reglas y cómo finalmente quedan definidas. Ah, estuvimos jugando desde las 10:45 horas hasta casi las 13:30 aproximadamente. Todo muy bien, divertido, y los compañeros genial.
Durante la mañana pude conocer a Sergio alias Tremandur, autor de Jerusalén 1119, un chico majo, agradable con el que pude departir y charlar distendidamente de muchas e interesantes cosas a lo largo del día. Juntos marchamos a comer el sábado, para retornar poco después, ya que debía dirigir a eso de las 17:00.
Como saben, tenía preparada la clásica aventura Hidden Shrine of Tamoachan, en versión torneo. No soy la persona adecuada para decirlo, pero creo que los jugadores se divirtieron. Ante todo, traté de trasmitirles un poco las sensaciones del auténtico dungeon crawl de la vieja escuela. La sesión duró unas dos horas, muy intensas y divertidas por la parte que me toca.
Bueno, el resto de la tarde, y durante todo el día, no paré de saludar, charlar, cotillear con todo quisque (hasta me hicieron una entrevista los chicos de Aker Codicem). Es una cosa que siempre me sorprende gratamente en estas jornadas, la gran cantidad de gente conocida del mundillo que uno termina por encontrarse en las LES, y muchas de ellas acuden de toda España, como es mi caso. No citaré a todos, porque corro el riesgo de dejarme a muchos en el tintero, cosa que no sería justa. Aunque, si me permiten, si me gustaría mentar a Arkerion, jugador en la aventura que dirigí, quien amablemente me regaló un suplemento clásico de AD&D; a Carlos de la Cruz, que hizo lo propio con una copia de Mazes & Minotaurs y a mi buen compañero Alberto Bermudo que terminó por regalarme el libro de marras que necesitaba para completar la ambientación histórica de Walküre. Muchas gracias a los tres, por estos gestos inesperados que no merecemos de seguro. Como he dicho, hubo muchos otros que no citaré pero a los que me gustaría agradecer su simpatía desde aquí.
La noche acabó en una cena entre amigos, buena compañía, donde dí cuenta de un par de mojitos bien cargados. Y a la cama a descansar.

Y aquí que estamos ya en domingo. Y volvimos al pabellón, y aunque no lo tenía planeado, acabé dirigiendo una nueva sesión de juego, con unos voluntariosos jugadores, todos muy majos. La cosa fue bien, creo yo. Tampoco se pudo jugar mucho, ya que al filo de la 1 recogí bártulos para conducir de camino a Lorca, después de despedirme de los asistentes dominicales, que no fueron pocos ni mucho menos.

Poco más que añadir, salvo las fotos que les dejo por orden cronológico, desde el viernes hasta el sábado por la noche. No hice fotos del domingo a la mañana.

Un saludo muy especial para todos los camisetas naranjas, en especial para mi amigo Dani.

La mesa de Holocubierta con sus productos.

Mesa de juego de Exo.

El señor Carlos Plaza, genio y figura, con un compañero.

El gran Alfredo Meroka.

El pabellón, el viernes al poco de abrir sus puertas.

Vista de las mesas de rol el viernes, recién abierto el pabellón.

Las mesas comienzan a llenarse.

José Manuel Palacios a los mandos de una sesión de Tenga.

Juan Carlos Herreros en su stand de Sombra.

Estas fotos ya son del sábado. Esta es la mesa de Bester y su aventura de D&D Next, que es en la que jugué.

Más mesas de rol a primera hora de la mañana del sábado. En esta podemos ver a Sergio Rossi, a la derecha, mirando al director de juego.

Jorge dirigiendo, creo que es Z-Corps.

Más y más mesas.

Rodrigo y su Puerta de Ishtar.

Jon Bandido, de blanco, entre otros.

Y más fotos de la mañana. Todas las mesas sin una plaza libre.

Estas fotos ya son de la tarde del sábado. En esta de abajo podemos ver a Inma, Miguel Villén, Ismael y Sergio Tremandur.

La tarde del sábado fue acojonante, con una afluencia masiva de peña.

A reventar…

Jacobo Peña con su Haunted House.

Los chicos de La Espada Negra, con el gran Verion dirigiendo. Buenos chicos, ya hablaremos de sus proyectos en otra ocasión, porque bien lo merecen.

Y Elwood y Jose Manuel Real, de Roach Room.

Ah, se me olvidaba, ¿cuál era esa canción que insistentemente volvía a mí toda esa semana? Fácil, les pongo el video a continuación. ¿Saben lo mejor? Que de vuelta a casa, la pude escuchar porque, de pronto, ya dejando Madrid, en una cadena que no suelo sintonizar… la pusieron. Vaya casualidad. Es la BSO de este año. Quién sabe qué música, qué canción sonará como banda sonora para las LES 2014…
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