Loseta del templo ilustrada por A.J. Manzanedo
Hoy queremos mostrarles otra de
las losetas que el maestro A. J. Manzanedo está realizando para nuestro juego
de tablero de “Aventuras en la Marca del Este”. Como ya hemos comentado en
alguna otra ocasión, uno de los mapas que incluirá el juego será el de la
ciudad. Ninguna ciudad que se precie estaría completa sin un templo, que es el que queremos presentarles hoy. Un templo donde rezar, donde
encomendarse a los dioses de La Marca, donde nuestros aventureros llegarán en
busca de bendiciones, y su cementerio anejo pues pocos lugares hay mejores donde poder hacer uso de ellas. El brillo del acero a la
luz de la luna, la amenaza fantasmal del brillo de otros ojos en la oscuridad
junto a las lápidas, la presencia silenciosa de los que habitan entre los dos
mundos. Ya saben. 
La idea, en definitiva, es crear
una ciudad rica en localizaciones y detalles, que anime a nuestros sufridos
aventureros a explorarla con libertad en busca de los muchos secretos y
peligros que esconde y que les permita interactuar con sus habitantes, de forma
que los jugadores la sientan viva y cambiante. Una ciudad, al fin, que encierre
historias que contar y rincones donde perderse.
Hemos de aclarar, por último, que
el diseño de los mapas no es en absoluto definitivo. Las decisiones tomadas
hasta ahora sobre los mismos responden única y exclusivamente a razones de
mecánicas y al espíritu que queremos insuflar al juego. Continuamos con las
sesiones de testeo y por supuesto seguimos tomando en consideración cada una de
las opiniones de ustedes, nuestros lectores: las que vierten aquí en nuestro
blog y las que leemos en otros foros dedicados al juego y que nos sirven para
mejorar todos los aspectos del mismo. Sabemos que la espera está siendo larga y
que está generando cierta ansiedad, pero ésta es sin duda una de las ventajas
del camino escogido: poder mostrar con calma todos los componentes del juego,
como en su momento mostraremos también las reglas del mismo, haciéndoles a
todos ustedes copartícipes de esta aventura, de las decisiones que hemos de
tomar y de los caminos que hemos de recorrer. Les invitamos a que se recojan,
sosegadamente, en uno de esos rincones escondidos, misteriosos e ingrávidos,
que albergan aún hoy nuestras ciudades, que descubran, en la complicidad de la
penumbra, aquellos misterios que la piedra sabe contarnos. Al menos hasta que
recorramos juntos las intrincadas calles, los callados templos, de esta ciudad
que podría ser Robleda, Marvalar, Augelmir o cualquier otra ciudad del
rico mundo de La Marca del Este.
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