Hace ya algún tiempo que mostramos la maqueta de una de las cartas
perteneciente a una de las cuatro escuelas de magia que tendrá el juego de mesa
de Aventuras en la Marca del Este. En concreto, la de “invocar lobo negro”, de
la escuela de nigromancia. Fueron muchos los comentarios y las valoraciones que
en su día se vertieron sobre la misma y, aunque a algunos aficionados les
pareció acertado el estilo escogido, fueron mayoría los que no lo entendieron
del mismo modo. Esa es una de las razones por la que nos gusta mostrar y compartir
todo con antelación en nuestro blog. Porque sabemos que todos ustedes serán
capaces de ver lo que en ocasiones nosotros no vemos. De mejorar todo aquello
que aún resulta mejorable. Sabemos que es complicado complacer los gustos de
todos y cada uno, pero en esta ocasión la disensión era demasiado palpable. Y de
nuevo estaban en lo cierto. Las ilustraciones, aunque magníficas, no encajaban
con el tono y el estilo general de la ambientación, personajes y atmósfera del
mundo de alta fantasía de Aventuras en la Marca del Este. Desde entonces hemos
dado una y mil vueltas a las cartas de magia y haciendo un gran esfuerzo (y
aunque ya teníamos todas las ilustraciones terminadas) decidimos volver a
empezar prácticamente de cero. Entendíamos que las cartas de magia de nuestro
juego bien lo merecían.Por un lado, no queríamos abandonar ese estilo de
páginas apergaminadas de viejo y oculto grimorio donde el mago garabateó las
herméticas e ignotas instrucciones del conjuro. Y por otro lado debíamos
ilustrarlo, como ustedes apuntaron acertadamente en su día, con elementos
conocidos y reconocibles del rico mundo que todos hemos visto, disfrutado o
sufrido a lo largo de decenas de aventuras en todos estos años. Hablamos de magos
de sombreros puntiagudos, de elfos altivos, de las peligrosas y terribles
criaturas que moran en ese mismo universo. Y quién mejor para dar forma a esa
idea que alguien ya familiarizado con el mundo de la Marca del Este, alguien
que ya hubiese ilustrado parte del mismo. David Arenas, claro. Pero las manos y
la pluma entintada del hechicero que transcribe y dibuja la sabiduría arcana
necesita del artesano del papel envejecido, de la proporción, la mesura y la
legibilidad. David Lanza, claro. El resultado –a falta aún de unos pocos detalles– es el que les mostramos y el que
desde hace unos pocos días nos llena de emoción. Una carta de magia arrancada
de un viejo grimorio. Un pergamino hermético mezclado en una baraja de cartas.
Esperamos, que esta vez sí, lo disfruten tanto como nosotros. No obstante, les iremos mostrando más en las próximas semanas. Agradecerles de
nuevo sus siempre valiosas aportaciones sin las cuales sería imposible seguir
mejorando.

 

 

 

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