La verdad es que estoy un poco abrumado estos últimos días, pues es ahora cuando soy plenamente consciente de todo el trabajo que aún nos queda realizar. De todos modos, el grupo está trabajando a pleno rendimiento. Cristóbal, antes de marcharse de viaje por todo lo que resta de mes, me dejó listo para revisar la parte de Dortmunder, y Salva debería entregarme pronto, también para revisión, Nirmala. Ambas naciones, una vez cohesionemos el estilo y depuremos algunas cosas, sobretodo a efectos de nombres y demás, pasarán a formar parte del escenario. Todo el mundo está poniendo su granito de arena. José Luis, por ejemplo, está también trabajando en configurar los apartados de botánica y fauna de algunas de las regiones más reseñables de la Marca. Todo marcha según lo previsto, aunque no por ello dejo de preocuparme para que toda esta aventura de la caja azul llegue a buen puerto en fecha y forma.

Lo cierto es que este fin de semana estoy muy cansado, feliz sin embargo… pero cansado, casi extenuado. El viernes fue un día que viví intensamente por razones que no vienen al caso y me ha trastocado mi planificación de trabajo para el resto del fin de semana. Espero retomar la escritura para el lunes y avanzar mucho a lo largo de la semana. Ya os iré informando de nuestros avances sucintamente.

Y perdón por estas entradas veraniegas, un poco escuetas… pero tempus fugit irreparabile est.

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