Hace un par de días hablábamos sobre la polémica clase de astronauta y las poderosas razones que la refuerzan, asentadas en la misma esencia del juego que inspira toda esta alocada aventura de la Marca del Este. Podríamos decir que, esta mezcla hábilmente dosificada de alta tecnología con fantasía, es a Arneson lo que el flúor a la pasta de dientes. Si bien el propio Gygax hizo sus propios pinitos en la materia, y con gran tino, recuerden Expedition to the Barrier Peaks, fue Arneson el que hibridó estos dos conceptos en la misma génesis del juego, en el escenario de campaña original, Blackmoor.
Blackmoor es una maravilla, rica y extraña a la par, con su tecnología, singular magia arcana y criaturas extraordinarias, entre las que destaca por méritos propios The Egg of Coot. La mayoría de ustedes sabrán a qué criatura… entidad, mejor dicho, me refiero, pues es una de las facetas más interesantes y singulares del imaginario de Arneson. Aunque el propio autor no se molestó mucho en definirla. Aún hoy, los seguidores no se ponen de acuerdo sobre su naturaleza, pero nadie duda de su poder extremo. Es como un ser informe, una masa de energía malévola, que de alguna forma está atada a una localización, que toma su mismo nombre, y alrededor de la cual se extiende un país peligroso, ahíto de misterios, por el que pocos se atreven a viajar. Esta criatura genial, se sirve de poderosos y diversos agentes para conspirar y ganar en poder y conocimientos arcanos y tecnológicos (pues sí, porque extraña tecnología rodea a esta criatura). Da la sensación, leyendo las palabras de Arneson, que este ser fuera una especie de alienígena poderoso que cayera o se estrellara con su nave en este lugar, incapaz de abandonar su sonda vital. Así me gusta verlo a mí, como una alien de otro mundo, incluso, si me apuran, como un ser Primigenio, salido de la misma pluma de Lovecraft. Es una maravilla, de verdad, y le da un color extraordinario a este mundo. Sólo por la creación de The Egg of Coot, Arneson estará por siempre en el Hall of Fame de este hobby. Y eso a pesar de la última encarnación de Blackmoor, en la edición d20 de Zeitgeist Games/Goodman Games, donde reducen The Egg of Coot a la mínima expresión. Que Cthulhu les perdone.

Otro día hablaremos de Temple of the Frog, otra de las maravillas de Arneson. Prodigiosa imaginación, mucho más monolítica a su manera que la de Gygax, lástima que no le acompañara la prosa florida, algo de lo que Gygax estaba sobradamente servido. 
A los que nos señalan como locos por lo del astronauta, ¿qué armas empuña y dispara el extraño mago de la memorable portada de este clásico infinito? Sí, es un arma láser… ¿de dónde la sacó?, ¿quién es? Tal es la grandeza de este juego que pretendemos recrear.

Y con todo, esta clase, como he dicho, será segregada del resto, y ofrecida a modo de capricho alocado hacia el final del manual. Y si no lo entienden… ¡¡¡qué el diablo les lleve!!! XD

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